Revista Española de Documentación Científica 47 (4)
ISSN-L: 0210-0614, eISSN: 1988-4621
https://doi.org/10.3989/redc.2024.4.1761

La biblioteca universitaria ante nuevos desafíos

 

Las bibliotecas universitarias han experimentado una evolución significativa en las últimas décadas, adaptándose tanto a los cambios en el panorama educativo como a las necesidades de la comunidad académica. Además, han sido un reflejo de la transformación tecnológica que ha tenido lugar. Los artículos que integran este monográfico dan testimonio del quehacer de las bibliotecas universitarias y de su sensibilidad hacia temas como el apoyo a la investigación, la ciencia abierta, la gestión de la calidad o la cooperación, entre otros.

En el primer artículo, Lluís Anglada ofrece un recorrido histórico que muestra cómo las bibliotecas universitarias han evolucionado de simples almacenes de conocimiento a centros de recursos para el aprendizaje y la investigación (CRAI), respondiendo a la creciente demanda de acceso a información digital y a la necesidad de ayuda especializada en la búsqueda, gestión y difusión del conocimiento científico. La evolución ha afectado considerablemente al ámbito científico, y el apoyo a la investigación ha sido un espacio al que las bibliotecas universitarias han derivado gran cantidad de recursos. No obstante, los desafíos persisten: desde el ámbito de actuación de las bibliotecas, en lo que respecta a la comunicación efectiva de los servicios disponibles; y ampliando el enfoque al entorno y a todos los agentes implicados en la comunicación científica, a la necesidad de modelos de publicación sostenibles y equitativos, escenario en el que las bibliotecas, también están intentando aportar. En este trabajo, el autor echa la vista atrás para examinar qué hicieron las bibliotecas ante otros desafíos en el pasado, para así enfrentarnos a los retos actuales.

En muchas ocasiones, el esfuerzo y la innovación que desarrollan las bibliotecas universitarias no se transmiten adecuadamente a todos los usuarios, como señala el artículo de Rosario Gámez-Sánchez y Alexandre López-Borrull, centrado en la percepción de los investigadores sobre los servicios de apoyo a la investigación. A través de una encuesta, el estudio identifica los servicios más demandados (uso de bases de datos, gestores de referencia, identificadores de autor, publicación en abierto, asesoramiento en procesos de acreditación y derechos de autor). Sin embargo, también evidencia una desconexión entre la oferta de servicios y la demanda, al encontrar que una proporción significativa de investigadores no utiliza regularmente la biblioteca para satisfacer sus necesidades de investigación. Las razones de este fenómeno pueden ser diversas: la autosuficiencia de los investigadores, la falta de comunicación efectiva sobre los servicios disponibles o la percepción de que la biblioteca no ofrece un valor añadido significativo en el proceso de investigación.

El tercer artículo, escrito por José-Antonio Merlo-Vega, profundiza en el análisis de los servicios de apoyo a la investigación y describe el proceso de adaptación de las bibliotecas a las crecientes demandas de la comunidad investigadora, en un entorno donde la tecnología y la digitalización han desempeñado un papel crucial. El principal objetivo de este estudio ha sido desarrollar un marco de referencia que facilite la implementación de estos servicios especializados en bibliotecas. Tras analizar las etapas y procesos relacionados con la comunicación científica, se identifican los conocimientos necesarios para apoyar la investigación, así como las competencias esenciales para la prestación de estos servicios. El trabajo concluye con un catálogo de servicios bibliotecarios especializados en investigación, donde se detallan los objetivos y contenidos de cada uno.

El cuarto trabajo, escrito por Wilhelm Widmark, aborda desde una perspectiva internacional un tema crucial en el ámbito de las publicaciones académicas: los acuerdos transformativos. El autor, desde su experiencia como director de la Biblioteca de la Universidad de Estocolmo, argumenta que, aunque estos acuerdos han sido efectivos para incrementar el acceso abierto, también conllevan riesgos, como la perpetuación de un modelo de negocio insostenible que beneficia principalmente a los grandes editores comerciales. Widmark sugiere que es necesario ir más allá de estos acuerdos y explorar modelos de publicación alternativos que sean más sostenibles y equitativos, si se desea transformar verdaderamente el sistema de comunicación académica.

Desde el punto de vista de la gestión del personal, las bibliotecas universitarias se enfrentan a importantes retos en la actualidad, entre los que se encuentran identificar y potenciar las competencias que requiere el personal bibliotecario para atender los nuevos servicios y adaptarse al cambio, establecer sistemas de formación acordes y la renovación de las plantillas ante el cambio generacional. Un aspecto poco tratado en la bibliografía nacional es la satisfacción laboral del personal bibliotecario —lo cual no quiere decir que no haya experiencias al respecto—, que es abordado en este monográfico por José Maestro-Galán y José Antonio Frías mediante una revisión sistemática de la literatura científica internacional. Se analizan en este artículo qué instrumentos de evaluación se emplean, cuáles son los aspectos evaluados y los resultados obtenidos. A pesar de ser un estudio teórico, será de gran utilidad práctica como lectura inicial para aquellas bibliotecas que se enfrentan a un proceso de este tipo, porque condensa varias experiencias y pone de relieve aquellas cuestiones a tener en cuenta.

Las bibliotecas universitarias se han convertido en un apoyo en el desarrollo de las humanidades digitales, y para ello necesitan contar con personal con una formación específica. Las competencias y conocimientos que deben reunir los profesionales bibliotecarios en este ámbito son analizados en el artículo de María Filipa Torres y María Manuel Borges. Mediante una revisión sistemática de la bibliografía, se analiza el papel de los bibliotecarios en los proyectos de humanidades digitales, se identifican estas competencias y se analiza la formación específica en humanidades digitales en las enseñanzas de biblioteconomía y documentación.

Aspectos como la evaluación, la preocupación por la calidad y la satisfacción del usuario se han instalado como procesos habituales en las bibliotecas universitarias, facilitando y orientando la adaptación al cambio. En esta línea, Sandra Gisela Martín y María Soledad Lago exponen la experiencia de aplicación de LibQUAL en la Red de Bibliotecas de Universidades Católicas y de Orientación Católica (Red BUCOC) de Argentina. Explican los resultados de la evaluación, pero también las ventajas y limitaciones de la implementación de este instrumento de evaluación que tiene un largo recorrido.

La cooperación está tan instalada en el trabajo diario de las bibliotecas universitarias, hasta el punto de que no se entiende una biblioteca que no colabore con otras en distintos proyectos. Dialnet es uno de esos proyectos insignia que han demostrado que el trabajo conjunto produce grandes resultados, en este caso la mayor base de datos de literatura científica en español en ciencias sociales y humanidades. Un proyecto que se ha mantenido en el tiempo, desde 1999, y que sigue creciendo gracias al trabajo que se realiza desde las bibliotecas (algo que muchos investigadores no saben). En este monográfico Joaquín León-Marín y Antonio Calderón-Rehecho desgranan los orígenes de esta iniciativa, con pocos ejemplos comparables en el panorama internacional, su evolución en el tiempo y los nuevos proyectos. Entre ellos se encuentran Dialnet Métricas, que viene a resolver la escasa representación de las revistas en español en las bases de datos bibliométricas internacionales, y el portal de investigación Dialnet CRIS, que se ha implantado en más de treinta universidades españolas para dar visibilidad a la producción científica.

Esperamos que encuentren en este monográfico contenido de su interés y que lo disfruten tanto como nosotras.

Isabel Iribarren y Natalia Arroyo (Editoras invitadas)